El pasado 27 de Mayo del presente año se registraron 11 presos los cuales fueron presuntamente torturados por oficiales del Cuerpo de investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas en la ciudad capital Caracas, los familiares de los atacados indagaron en la situación y consiguieron ciertos detalles que salieron a la luz pública, dejando “mal parados” a varios funcionarios del CICPC.
Esta situación se ha hecho controversial en el país y ha dado mucho de qué hablar, por lo que Poder Ejecutivo Nacional tuvo que tomar cartas en el asunto, el viceministro de Política Interior y Justicia, Edwin Rojas ofreció declaraciones a los medios entre ellos el canal VTV, en las cuales informo que se implementaran mejores herramientas para manejar las relaciones entre oficiales-presos.
La medida tomada para controlar esta situación fue muy tajante, ahora los funcionarios serán supervisados para vigilar este tipo de agresiones para con los presos, puesto que estas personas que han cometido delitos, siguen siendo humanos y merecen respeto.
Estas circunstancias son muy comunes en la realidad venezolana, puesto que ya no es un secreto para nadie que la mayoría de los funcionarios son corruptos y sobornan a las personas casi por cualquier cosa, lo que trae como consecuencia una severa ineficiencia en el país porque no se puede confiar en nadie.
El pueblo ciertamente se ha acostumbrado a vivir bajo estos acontecimientos y se ha creado una cultura errónea ya que en muchos casos personas particulares también cometen actos “ilícitos” y son ellos los que sobornan a los funcionarios para quedar bien ante el resto de la sociedad.
Esta es la realidad de Venezuela todo se hace “por debajo de la mesa” hasta que alguien los delate.
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